6 de febrero de 2021

El incidente de este viernes en Panguipulli, que terminó con la vida de Francisco Martínez Romero a manos de un carabinero, deja en evidencia nuevamente el país real en el que vivimos. Un procedimiento policial de rutina termina en una muerte, en un pueblo bucólico que identificamos con vacaciones, descanso y naturaleza.

Luego se desata la ira de quienes fueron testigos impotentes de la fuerza desproporcionada y el abuso de Carabineros de Chile. En seguida, la prensa cubre con su maniqueísta mirada cómo los “malos” desatan el caos y los “buenos”, que sustentan el poder, llaman a la paz social.

Y en medio de todo esto, estamos las y los indignados a la distancia, aquellos y aquellas que desde nuestra zona de confort declaramos que esto no puede seguir.

No podemos seguir justificando abusos, torturas y asesinatos en manos de quienes deberían resguardar nuestra seguridad. Carabineros de Chile está más que desacreditado por la ciudadanía y ya nadie “duerme tranquilo…sin preocuparse del bandolero”, porque los bandoleros están en sus filas.

Como profesionales de la salud no podemos guardar silencio ante este hecho. Exigimos que el gobierno asuma su responsabilidad política y se refunde la institución de Carabineros; que la justicia aplique la ley que existe para todas y todos los habitantes de este país, y se asista de manera reparatoria a todas las personas que fueron testigos impotentes de este crimen, en especial a su familia y amigos.

 

COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS

CONFEDERACIÓN FENPRUSS

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