Bien dicen que “no hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague”.

Hoy estamos en la semana tal vez más decisiva para nuestro país en muchos años. Desde aquel día de 1980 en que se impuso una Constitución por la fuerza de las armas, muchas y muchos hemos esperado el momento de acabar con este legado ilegítimo de la dictadura cívico – militar. Durante todos estos años, y con con distinta intensidad y compromiso, los chilenos y chilenas manifestaron de múltiples maneras el no sentirse representados por este texto, que consagraba un modelo autoritario y socialmente regresivo.

Pese a las múltiples reformas, la Constitución de la dictadura nunca perdió su condición de herramienta al servicio del orden establecido, y es por ello que una mayoría nunca vista en elección alguna, optó por dotar al país de una nueva Carta Magna, redactada por una Convención Constitucional enteramente electa por la ciudadanía.

Como Confederación Fenpruss hemos sostenido consistentemente la idea de consagrar la salud como un derecho garantizado por el Estado. Nuestro desafío de construir una salud pública de calidad y acceso universal dependerá en gran medida de quiénes construirán las nuevas bases de nuestra institucionalidad democrática.

Por eso, el desafío es claro y preciso: este 15 y 16 de mayo, primero, debemos asegurar una gran concurrencia a las urnas, y segundo, debemos entregar el voto a aquellos candidatos, candidatas y candidates que nos garanticen que cumplirán el mandato de hacer los cambios necesarios para construir un estado social y democrático de derechos, dejando atrás la noche oscura del neoliberalismo.

No es tiempo de candidaturas testimoniales ni de gustos personales. El momento histórico requiere de madurez y claridad para lograr una victoria significativa sobre las fuerzas del conservadurismo. Esa es la tarea que garantizará un nuevo Chile y una mejor salud pública.

La salud que soñamos es posible, un nuevo Chile también.

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