El pasado viernes 1 de abril se realizó el lanzamiento de la plataforma «Sindicalismo con Nosotras», actividad que contó con la participación de las dirigentas nacionales Fenpruss de Anaí Freire y Selma Nuñez. El hito se realizó de forma semipresencial en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, donde se leyó el siguiente manifiesto suscrito por dirigencias de organizaciones del sector público y privado:

MANIFIESTO FUNDACIONAL #SINDICALISMOCONNOSOTRAS

1 de abril de 2022

Hoy las y les trabajadores y dirigentas sindicales nos reunimos para manifestar nuestro compromiso de aportar en la construcción de espacios de empoderamiento hacia la autonomía social, política y económica de las mujeres de la clase trabajadora, de modo que ésta se convierta en una realidad. Sabemos que esto no es posible sino a partir de la acción coordinada y colaborativa de diversas actorías movilizadas en favor de la igualdad de derechos de las humanas posicionando principalmente nuestro género en el trabajo y en la sociedad.

Nuestra plataforma sindical feminista, #SindicalismoConNosotras, será una herramienta en defensa de las mujeres y disidencias. Hoy nos convocamos porque es urgente conversar y coordinar acciones que resuelvan las problemáticas y necesidades de las Trabajadoras.

Nuestra identidad como #SindicalismoConNosotras es múltiple, somos diversas. Vivimos en el entorno rural y en el entorno urbano, trabajamos el ámbito laboral y el de los cuidados. Somos negras, mestizas y migrantes. Nuestras edades son todas y nos sabemos lesbianas, trans, bisexuales, héteros.

Llevamos con nosotras la historia y luchas de unidad de las mujeres de todo el mundo para defender nuestros derechos conquistados, grandes victorias para todas nosotras, que nos convocan a rememorar una larga lista de mujeres sindicalistas y activistas. Las que lucharon en contra la dictadura, las que luchan a diario contra el machismo, el colonialismo y este sistema neoliberal. Sabemos que aún queda mucho por hacer, pero desde hoy nos pondremos manos a la obra con sororidad y todes juntes.

Creemos que una sociedad igualitaria no es sólo una en donde más mujeres ingresan al mercado laboral remunerado o donde más mujeres toman decisiones. Una sociedad igualitaria redistribuye la riqueza y los cuidados y reconoce los derechos humanos, de todas por el sólo hecho de ser personas.

No hay políticas redistributivas hoy, pues no se consigue la igualdad sólo por ser persona sino más bien hay que unirse desde la acción sindical de clase. Por eso, vamos a promover el conocimiento, los derechos humanos y la acción sindical integrando el enfoque de género al interior de todas las organizaciones sindicales y gremiales, sean estas instituciones públicas o privadas y en todos los lugares de trabajo donde exista una de nosotras y nosotres.

Denunciamos la LGTBIfobia social, institucional y laboral que sufrimos muchas de nosotras, como otra forma de violencia de este sistema neoliberal patriarcal. Somos mujeres y somos diversas. Queremos poder movernos en libertad por todos los espacios y a todas horas. Señalamos y denunciamos la violencia, laboral, sexual y política como expresión paradigmática de la apropiación patriarcal de los espacios públicos, de nuestro cuerpo y espacios de poder, afectando doblemente y en forma más marcada, a las mujeres pobladoras, trabajadoras, migrantes, campesinas, indígenas o de color. Es urgente que nuestra reivindicación, y que NI UNA MENOS, también sea una realidad.

Exigimos al Estado su compromiso por la erradicación en contra de las violencias machistas. Demandamos que Chile ratifique el Convenio 190 OIT sobre Violencia y Acoso en el mundo del trabajo. Demandamos que se generen políticas públicas y que se dote de recursos y medios para el desarrollo de políticas reales, eficientes y efectivas que ayuden a conseguir una sociedad libre de violencias contra las mujeres, niñas y disidencias.

La precarización de nuestras condiciones laborales y de vida se ha agudizado aún más, donde la crisis del coronavirus ha dejado al descubierto esta realidad. En materia de desempleo, las más perjudicadas somos nosotras, cerca de 500 mil mujeres han quedado cesantes. También, y considerando el trabajo no remunerado, la pandemia ha puesto de relieve la necesidad de que las políticas públicas se ocupen de los cuidados porque si no, caen en los hombros de las mujeres.

Somos las que sostenemos y reproducimos la vida. El trabajo doméstico y de cuidados que hacemos las mujeres es imprescindible para el sostenimiento de la vida. Que mayoritariamente sea gratuito o esté devaluado, es una trampa que sólo ayuda al desarrollo del neoliberalismo. Es fundamental darle visibilidad a un trabajo que nadie quiere reconocer pues se invisibiliza, ya que este se desarrolla dentro del hogar, es mal pagado o como economía sumergida. Reivindicamos que el trabajo de cuidados sea reconocido como un bien social de primer orden y exigimos la redistribución de este tipo de tareas.

Creemos firmemente que las organizaciones sindicales se desarrollarán, en mayor equilibrio, cuando en ellas se incorporen más mujeres y dirigentas, visibilizando las inequidades, brechas y barreras que vivimos cotidianamente en los espacios laborales. Es un camino que estamos dispuestas a seguir apoyando desde #SindicalismoConNosotras, para construir entre todas, todos y todes, países más justos, democráticos y con igualdad de oportunidades y derechos entre mujeres y hombres y disidencias sexogenéricas.

Reivindicamos que nuestra situación laboral nos permita desarrollar un proyecto vital con dignidad y autonomía y que el empleo se adapte a las necesidades de la vida. El embarazo, la maternidad o los cuidados no pueden ser objeto de despido ni de marginación laboral, ni deben menoscabar nuestras expectativas personales ni profesionales.

Exigimos también pensiones dignas. No más pensiones de miseria, que nos obligan a sufrir pobreza en la vejez. Pedimos la cotitularidad de las pensiones y que el tiempo dedicado a tareas de cuidado, o que hemos desarrollado en el campo, sea reconocido en el cálculo de las pensiones al igual que el trabajo remunerado y luchamos porque el convenio 189 de la OIT que regula el trabajo doméstico sea respetado.

Apostamos por contribuir a un nuevo modelo de desarrollo, que cuide nuestro planeta y nuestras vidas. Las mujeres tenemos un papel primordial en la lucha contra el cambio climático y en la preservación de la biodiversidad.

Cuando las mujeres logran y potencian su autonomía económica, sus vidas cambian. Podemos ejercer efectivamente nuestra autonomía física y política, diseñar un proyecto de vida que nos permita realizarnos como sujetas de derecho siendo sujetas políticas, aportar al desarrollo de nuestras familias, de nuestras comunidades y países.

Hemos elegido un camino, el sindicalismo feminista y de la clase trabajadora, para contribuir a esta tarea y a dar el todo por un cambio rotundo a este sistema neoliberal patriarcal porque estamos convencidas que este momento histórico se hace con nosotras y no hay vuelta atrás.

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