Las frías e impersonales cifras dicen que al 6 de agosto de 2018, en nuestro país hay 23 femicidios consumados y 72 frustrados. Hoy, la muerte, el dolor, la rabia y la impotencia han golpeado nuestra puerta como trabajadoras de la salud.

Nancy Araya, Educadora de Párvulos, que laboraba desde hace 20 años en el Hospital de Peñablanca, ha sido asesinada por una ex pareja que no entendió un NO por respuesta.  Se ha convertido en la nueva víctima del patriarcado que nos oprime como sociedad.

Como dice una compañera: Nancy no llegará mañana a su trabajo. Una vida segada por el egoísmo y narcisismo de un hombre que no respetó la decisión de quien fuera su pareja, imponiéndose por la fuerza, única superioridad demostrable.

Nadie nos puede garantizar que no vuelva a ocurrir otro crimen de género. Ningún protocolo nos puede asegurar la vida. Sin embargo, como Confederación Fenpruss creemos firmemente que se deben fortalecer todas las herramientas que existen y difundir cada día y en cada ocasión lo que ocurre en nuestra sociedad. El cambio de paradigma cultural es hoy y urgente.

Nuestra organización sindical concuerda con el Ministerio de Salud al incorporar el mandato de la Organización Mundial de la Salud, el que declara que la violencia es un problema prioritario de salud y afirma que la violencia física o sexual es un problema de salud pública, además de un fenómeno que puede actuar como agravante de las diferencias y desigualdades en salud.

Es por esto que nuestra Confederación Fenpruss, a través de su Comisión de Igualdad de Oportunidades, ha implementado un trabajo permanente sobre la Violencia de Género y sus consecuencias.

Nos queda entonces, el deber de exigir que nuestras autoridades políticas asuman su responsabilidad y velen por hacer cumplir las leyes existentes. Los legisladores deben escuchar el clamor de millones de mujeres que hemos salido a la calle a expresar, fuerte y claro: ‘’Ni una menos’’.  

Las mujeres constituyen una fuerza económica, social y política que exige y merece un mejor trato, tanto en su calidad de personas, como por su contribución al desarrollo de esta nación.

Tenemos que insistir, con rabia, con dolor, con la fuerza de mujer, mayoritaria de la Confederación Fenpruss: ¡No más muertes de mujeres en nuestro país!

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