El estallido social en Chile ha provocado una masiva movilización ciudadana desde Arica a Punta Arenas, con millones de personas que se han volcado a las calles para reclamar los derechos fundamentales que nos han negado durante muchos años en nuestro país, arrebatados por la dictadura cívico-militar que impuso el neoliberalismo en uno de los episodios más violentos de nuestra reciente historia. No podemos dejar de denunciar los niveles de represión que hemos vivido desde el primer día de movilizaciones, y de la que miles de ciudadanos y ciudadanas han sido víctimas de forma sistemática. La violación a los Derechos Humanos se ha visto en las calles por parte de los organismos del Estado, calando a toda la sociedad en su conjunto.

Sin embargo, esta actitud no es nueva, la hemos denunciado desde siempre: el pueblo mapuche ha sido víctima constante de la violación de Derechos Humanos por parte de agentes del Estado. Solo cabe constatar que desde el inicio de la transición democrática a la fecha existen 15 asesinatos a hermanos y hermanas por parte de diferentes gobiernos de distintos colores políticos. Bajo el supuesto de que el pueblo mapuche es terrorista y violentista, se crearon montajes para seguir implementando la política de represión y estigmatización de forma sistemática, denominando a la Araucanía como una “zona de conflicto” en donde los medios de comunicación al servicio de grandes intereses han sido el principal artífice de la construcción social del mismo.

En este contexto, el asesinato de Camilo Catrillanca evidenció cómo la policía y el gobierno realizaba montajes y uso indiscriminado de la fuerza, violando de forma sistemática los Derechos Humanos de niñas, niños, mujeres y hombres. A un año de su asesinato por parte del  “Comando Jungla” de Carabineros, la sociedad chilena está viviendo lo que en la Araucanía se vive a diario, en silencio, en completa impunidad: realización de montajes para crear un contexto de violencia y así justificar recursos importantísimos a la represión diaria, para segregar y generar discriminación social, con un gobierno obtuso  que solo defiende sus intereses.

Como Confederación Fenpruss reiteramos nuestro llamado a que se haga justicia y no exista impunidad para los asesinos.  Exigimos la desmilitarización de la Araucanía y el respeto a los pueblos originarios

Lo dijimos desde siempre, ahora nos tocó vivirlo.

 

Comisión de Igualdad de Oportunidades

Luciano Villablanca Huenumilla – Dirigente Fenpruss base Curacautín-Lonquimay

 

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