Hoy jueves 8 de julio el Ministerio de Salud anunció cambios al Plan Paso a Paso, algo que era esperado por muchas personas ante el fracaso constante de la estrategia sanitaria adoptada por el Gobierno desde que inició la pandemia. Sin embargo, lo que vemos en los anuncios de las autoridades no es un cambio de la estrategia, sino solamente una apertura forzada a través del afloje de las restricciones de desplazamiento, apoyándose en el “Pase de Movilidad”.

Los cambios anunciados son inentendibles desde un punto de vista sanitario, especialmente en un momento en que el virus no está en absoluto controlado y además el país está expuesto a nuevas variantes del COVID-19 mucho más contagiosas que la original. Al poner énfasis en el Pase de Movilidad para liberar el desplazamiento de personas, el Gobierno sigue apoyándose en que el proceso de vacunación por sí solo detendrá al virus, lo que es científicamente falso.

Por ello, es adecuado decir que las nuevas medidas profundizan la política oficial de privilegiar el funcionamiento de la economía por sobre la salud de las personas, pasando a normalizar el hecho de que tengamos oleadas periódicas de contagios masivos y colapso de hospitales, además de cientos de muertes diarias. Algo que se hace jugando con el cansancio de la población por un año y medio de encierros y restricciones que han afectado la salud mental, la educación y la economía de los hogares.

En efecto, hoy seguir apostando por encerrar a las personas es cada vez más inviable luego de tantos meses de políticas erráticas que no han hecho más que tener en la incertidumbre a millones. Las cuarentenas son cada vez menos efectivas porque no están hechas para durar meses: son medidas de shock de corta duración que permite trazar los casos y focalizar los esfuerzos sanitarios. Precisamente algo que el Gobierno nunca ha hecho durante esta emergencia sanitaria.

Por eso, el llamado de las y los profesionales de la salud es el mismo que venimos haciendo hace meses: cambiemos radicalmente la estrategia sanitaria. Apostemos por la supresión del virus y no por su mera contención, centremos los esfuerzos en el testeo, trazabilidad y aislamiento; permitamos la movilidad en espacios abiertos pero reduzcamos las aglomeraciones en espacios cerrados; otorguemos condiciones laborales y descanso al agotado personal de salud que ante estos anuncios vislumbra una vez más la siguiente oleada de unidades médicas colapsadas. Solo así podremos apostar por normalizar realmente la vida de todas y todos no por unas semanas hasta que los casos vuelvan a subir, sino de forma definitiva.

 

CONFEDERACIÓN FENPRUSS

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