En Chile ser mujer es un factor de riesgo
Ser mujer es un factor de riesgo… ¿Pero de qué?
Desde pequeñas hemos sido víctimas de acoso callejero, principalmente por algún adulto desconocido, situación que se repite el resto de nuestras vidas. Esto no es una exageración, ya que por el sólo hecho de nacer y ser mujeres, tenemos que cargar con el miedo de salir solas de noche; de que si sufrimos violencia por parte de nuestras parejas, es por algo que hicimos que lo “provocó” y así, una de las más comunes situaciones en que se juzga como responsable a una mujer, es que la violen por vestirse provocativa, por beber hasta emborracharse y por haber incitado a los hombres a que quieran abusar de ellas, cual seres inocentes incapaz de controlar sus instintos. No están exentas de esta “responsabilidad” las víctimas de feminicidios, como los casos de violencia más extremos: esas mujeres también se lo buscaron.
El caso de Antonia Barra es una historia que identifica a más de una mujer. El día de ayer, en todo el territorio nacional, se realizaron manifestaciones autoconvocadas de mujeres luego de la decisión del juez de garantía de Temuco de rechazar la prisión preventiva para Martín Pradenas, acusado de la violación que llevó a Antonia Barra a suicidarse.
Volvió el miedo transformado en rabia; sentir que no existe justicia para ninguna mujer y niña que sufre violencia sexual y física; que la única salida para no ser apuntadas con el dedo es quitarse la vida, porque la justicia no existe para nosotras y sí para la propiedad privada, cuyo buen ejemplo encontramos en la prisión preventiva que debió sufrir el profesor que rompió un torniquete del Metro. Esa figura no existió para Martín Pradenas, acusado de violación a cinco mujeres, entre ellas menores de edad.
La sororidad de las mujeres de todo el país se ha hecho más presente después de la ola feminista el año 2018, y ha ido creciendo no sólo en los grupos feministas organizados, sino también brotando espontáneamente ante esta y otras injusticias.
Nos hemos unido desde el descontento y la rabia, desde reconocer esta fuerza como un acto de amor entre nosotras y no sólo por Antonia, sino por todos los casos que a través de la historia de la violencia de género y feminicidios, permanecen sin justicia.
Por Antonia y todas las demás: Si tocan a una, respondemos todas
Comisión de Igualdad de Oportunidades Fenpruss