Durante los últimos 53 días hemos sido testigos de uno de los mayores estallidos sociales que ha vivido nuestro país. Multitudinarias movilizaciones han sido acompañadas de un derroche de creatividad de las organizaciones sociales que han sido las protagonistas de este inusitado levantamiento. El eje ha estado en cuestionar la totalidad de los enclaves autoritarios que la dictadura blindase en la Constitución del ‘80 a objeto de implementar en Chile el más brutal experimento económico del mundo: una disminución abrupta del Estado a través de la precarización del empleo y el ingreso del mercado en la totalidad de los derechos humanos básicos.

Millones hemos salido a respaldar el programa presentado por Unidad Social, referente organizado de los trabajadores y trabajadoras de Chile tanto públicos como privados, en un esfuerzo de unidad histórico que Fenpruss impulsa desde el primer día. Pedimos una nueva Constitución mediante Asamblea Constituyente con la más amplia participación de la diversa sociedad chilena, el reconocimiento y aseguramiento de Derechos Humanos y sociales como la salud, educación, previsión social, y el acceso a bienes naturales como el agua y el medio ambiente, medicamentos, transporte, telefonía e Internet, comprendidos hoy como derechos básicos. Denunciamos situaciones que escandalizarían a cualquier sociedad desarrollada de esas con las que nos gusta compararon en estándares macroeconómicos.

La respuesta del gobierno ha sido, sin embargo, la peor: represión inusitada que ha dejado como saldo millares de heridos, cientos de mutilados y decenas de muertos en una escalada de violencia estatal que abarcó desde militares hasta promesas de impunidad para las fuerzas armadas y de orden. Quienes esperábamos un presidente a la altura, encontramos la mano dura olvidada en dictadura; quienes creímos que esto debía resolverse con más política y democracia, recibimos la más dura represión expresada en disparos, químicos, torturas y detenciones arbitrarias; y absolutamente ninguna respuesta del Pliego de los Trabajadores y Trabajadoras que presentásemos el 28 de octubre. Nada de democracia, pero sí mucho garrote.

En este día de conmemoración, nuestra Fenpruss redobla su compromiso con la paz, la más efectiva justicia y el respeto irrestricto a los derechos humanos, rechazando enérgicamente la agenda criminalizadora del gobierno contenida en la Ley “antisaqueos”. Por nuestra parte, seguiremos profundizando los compromisos presentes en nuestros lugares de trabajo, en nuestra misión como funcionarios de salud prestos a resolver, con los exiguos recursos disponibles, las más diversas necesidades de la gran mayoría de la población que utiliza el sistema público. En nuestra denuncia permanente de estas situaciones, renovamos nuestro reclamo expreso y apoyo a la búsqueda de verdad, justicia y dignidad para todos y todas.

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