Sucesivos acontecimientos que atentan contra el bienestar físico y mental de los equipos de trabajo del Instituto Nacional de Geriatría, denunciaron Fenpruss, Fenats, la coordinación de las asociaciones de funcionarios del área oriente y el Colegio Médico. La molestia tiene su origen en problemas de gestión relacionados con la sobrecarga laboral y la presión por incrementar el rendimiento perdiendo de vista la calidad de la atención.

Fue desde el servicio de psicogeriatría que se encendieron las alertas ya que, ante la necesidad de recuperar las atenciones suspendidas por la pandemia, se reprogramó la agenda y esto derivó en exceso de carga horaria y estrés laboral. Ivonne Olivares, presidenta de Fenpruss INGER, señaló que inevitablemente la situación “repercute en la atención directa que se le brinda al usuario ya que en la pandemia se ha generado una recarga en la atención porque queremos recuperar las atenciones perdidas en función de una sobrecarga a los funcionarios”.

Los trabajadores y trabajadoras del establecimiento declaran su molestia ante la permanente insistencia de evaluar los indicadores de salud solamente desde el punto de vista cuantitativo, porque se les exige un rendimiento que se contradice con los estándares de atención adecuados, no permite mantener los aforos ni mantener las condiciones mínimas para atender adecuadamente a los adultos mayores. Ante ello, decidieron iniciar una movilización para velar por su propia protección laboral y emocional.

Ivonne Olivares declara que en el establecimiento hay diversas situaciones que afectan el clima laboral y el diálogo, entre las que menciona malos tratos, falta de confianza y transparencia, que fueron el puntapié de los reclamos del personal de salud. “Como gremio hemos tenido reuniones de trabajo con directivos de la institución, pero no hemos tenido respuesta frente a la posible desvinculación anticipada de funcionarios a contrata, situaciones de maltrato y acoso laboral en unidades clínicas, ni tampoco a la falta de compromiso para otorgar beneficios y crecimiento profesional”, manifestó la dirigenta.

Agregó que existen cargos públicos que no se han concursado y sin embargo han llegado personas sin tener las habilidades o competencias para desempeñarse en ellos. “Por ello como gremio solicitamos que nos den respuestas definitivas y no paliativas como mesas de trabajo, no queremos soluciones parche sino respuestas de raíz para el bienestar físico, mental y emocional de las y los funcionarios del INGER”, enfatizó.

Esta significativa lucha que se desarrolla en el establecimiento pone en el centro la salud pública y la atención de los pacientes, ya que, sin duda, los conflictos anteriormente mencionados repercuten tanto en la satisfacción usuaria, como en la tasa de resolución diagnóstica y terapéutica.

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