Carta a los socios y socias

El domingo 31 de marzo, en un importante matutino de prensa escrita, se entregaron datos del aumento en el recurso humano del Gobierno Central durante el 2018, siendo el sector salud quien aporta con un poco más de 17 mil nuevas plazas de trabajo. Esto equivale a un aumento del 11,4% en comparación con el año 2017. Entre las razones que se esgrimen para tal incremento, se encuentran el ausentismo laboral y el alza significativa de suplencias y reemplazos.

Los números están ahí, son incontrarrestables, constituyen un avance pero claramente son insuficientes. Además de expresar que estamos lejos de lo que el sistema público de salud necesita,  podemos debatir respecto a las razones esgrimidas y, por cierto, las causas que dan origen a estas razones. Pues bien, hoy el sistema público de salud es soportado por menos del recurso humano requerido (por ejemplo, la OCDE señala que debieran existir 8,8 enfermeras por cada mil habitantes, en Chile existen 4,2), por lo que se requiere con urgencia mayor dotación y avanzar en asumir responsablemente la brecha en este sector. Sabemos que en el sistema público existe brecha (por ejemplo: nuestros honorarios y compras de servicio son brecha identificada y no asumida de trabajo con derechos). En este sentido, se requiere ponerle números a la brechas del resto de las y los profesiones de la salud, para de esta forma avanzar en una planificación del cierre de brecha de manera concreta y no a ciegas. Justamente, la falta de personal genera la sobrecarga laboral y el posterior ausentismo por enfermedades, obligando a reemplazos para mantener el servicio (que ya es muy insuficiente).

Lo anterior queda de manifiesto cuando vemos año tras año un incremento importante de contratos precarios como las modalidades honorarios y compras de servicio. Hoy tenemos casi un 15 por ciento de honorarios y un número indeterminado de personas empleadas a través de compras de servicio. Solo en el Hospital de Valdivia existen cerca de 700 personas en esta condición. Con este panorama, sin duda que la calidad del trabajo es deficiente y, por consiguiente, acarrea problemas de gestión del propio personal de salud. La cuestión a resolver, entonces, es cuándo el Estado asumirá esta brecha y otorgará empleos de calidad a nuestras trabajadoras y trabajadores. El incremento es una buena noticia y sin duda aumentará notablemente la cantidad de personal en salud, pero lo que no se dice es que hoy ese número tampoco es el suficiente para aproximarnos siquiera al nivel de los países desarrollados de la OCDE, grupo al cual siempre nos jactamos de pertenecer.

Ahora bien, respecto al alto ausentismo que se experimenta en salud, el debate es aún mayor y profundo. Las cifras no mienten, pero las causas son variadas: problemas de Gestión de Las Personas, el trabajo en salud pública es uno de los más agobiante y estresantes, existe fatiga emocional, riesgos de contraer enfermedades profesionales por contagio y sobrecarga física, etc. Asimismo, el sector tiene un componente femenino alto, con más de 70% de mujeres trabajadoras, cuyos periodos fértiles y de cuidado de hijos menores explican también una mayor proporción de días de ausencia por licencias maternales, pre y postnatal y de cuidados de hijos enfermos. No es de extrañar entonces que el sector tenga un alto número de indicaciones médicas de reposo. Por tanto, las cifras entregadas por el Ministro de Salud de 23,7 días al año en 2017, no hacen más que reflejar las insuficientes condiciones de trabajo que enfrentan los trabajadores de la salud.

Como hemos señalado muchas veces, nuestro trabajo es serio y dedicado, las y los aproximadamente 160.000 trabajadores del sistema nos hacemos cargo de la recuperación de la salud de casi 15 millones de chilenos y lo hacemos muy bien, somos expertos en salvar vidas. La Organización Mundial de la Salud y otros organismos internacionales reconocen el problema de falta de personal sanitario y los riesgos de este trabajo; por ello es hora que el Gobierno de Chile y las principales autoridades del sector se hagan cargo responsablemente de la salud de los cuidadores, que incluye aumentar las dotaciones y generar sistemas de turnos con descansos adecuados. Solo así el sistema podrá dar mejor respuesta y mantener los grandes niveles de salud que Chile ha conseguido gracias a nuestro compromiso, el gran y mayor compromiso de las y los trabajadores de la salud pública de Chile.

Ya lo hemos dicho, preocupándonos del cuidador y no culpándolo de las deficiencias del sistema, se construye mejor salud.

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