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Hospital Carlos Van Buren, el Chérnobil de Valparaíso

La crisis puede negarse, pero la crisis existe.

El desastre de Chernóbil fue un accidente nuclear sucedido el 26 de abril de 1986 en una central ubicada en el norte de Ucrania. Sus efectos fueron devastadores. Sin embargo, al inicio de la catástrofe, siendo un deber de las autoridades informar a la gente de lo que estaba sucediendo, lo que hicieron en realidad fue negar la gravedad de los hechos, desinformar y en definitiva no hacer nada por ayudar a la población ante las graves consecuencias del desastre.

Hoy en Valparaíso asistimos a un fenómeno de una naturaleza muy parecida. El principal Hospital de la Región, el Hospital Carlos Van Buren, se encuentra colapsado. Presenta desabastecimiento de medicamentos, insumos, suspensión de tratamiento de pacientes oncológicos, de operaciones traumatológicas por falta de prótesis, suspensión de escáner por falta de medios de contraste, colapso de la unidad de emergencia adultos por falta de camas, etcétera, etcétera, etcétera.

Frente a esta catástrofe de la salud pública en Valparaíso, las autoridades del Servicio de Salud Valparaíso San Antonio replican exactamente la conducta de las autoridades soviéticas ante la catástrofe de Chernóbil: negar el problema, ignorarlo, bajarle el perfil, desacreditar a los que denuncian, e insistir en que todo funciona con normalidad y que la población tiene que estar tranquila.

¿Que explicaría que en Chernóbil en 1986 y hoy en Valparaíso del 2019 las autoridades actúen de la misma manera?

  • ¿Será obsecuencia con el poder? ¿Miedo a perder el empleo en la administración del estado si dicen la verdad?
  • ¿Será incompetencia? ¿Ni siquiera saben cuál es el problema y menos cómo solucionarlo?
  • ¿Será insensibilidad y desprecio hacia la población más vulnerable? ¿No les interesa de verdad la situación de la gente?
  • ¿Será indiferencia? ¿Las autoridades del Servicio de Salud se atienden en los hospitales públicos?

El ocultar la verdad de la grave situación del Hospital Van Buren y de la gran mayoría de los hospitales de Chile, no resiste más. Decirle a la comunidad que todo está normal cuando se sabe que no es así, termina condenando a la población a condiciones de atención paupérrimas, poniendo en riesgo su salud y hasta sus vidas, obligando a su vez a los trabajadores a dar la cara ante la población, que demanda soluciones inmediatas, sin recursos, sin insumos, sin camas, y sobre todo, sin el compromiso de las autoridades que deberían cumplir su rol.

Chernóbil nos enseña que muchas autoridades se obsesionan en tachar de noticias falsas todo lo que contradiga el discurso oficial, en descalificar al que denuncia las cosas que funcionan mal, pues eso desacredita la gestión de su Gobierno. Pero también nos enseña que al final la verdad siempre se impone.

Las autoridades del Servicio de Salud Valparaíso-San Antonio tienen el deber moral con los porteños de decir la verdad y junto con ello realizar las gestiones a fin de que el Hospital Van Buren solucione de manera inmediata la grave crisis en la que se encuentra.

DIRECTIVA ACPRUSS