El rechazo en general a la Reforma Tributaria del pasado 8 de marzo nos dio un nuevo golpe de realidad respecto a lo que podemos y no podemos esperar del mundo legislativo.

La ausencia de tres parlamentarias al momento de votar hizo que la propuesta se cayera por 73 votos a favor, 71 en contra y 3 abstenciones, no alcanzando el cuórum mínimo requerido. Con esto se mantiene la incertidumbre respecto a si el Gobierno se arriesgará a insistir en el Senado o deberemos seguir esperando.

Mucho se ha debatido desde ese momento respecto a la intención de la o el legislador al votar rechazo, abstenerse o lisa y llanamente no votar, y quienes lo hicieron no han podido entregar a la ciudadanía una razón sólida del por qué. En tanto, quienes esperábamos avanzar en obtener recursos frescos para implementar políticas sociales indispensables para el desarrollo de nuestro país, vemos ahora el riesgo de estancarnos.

Fenpruss recibió la noticia del rechazo a la reforma justo en medio de su Asamblea Nacional, que congregaba en ese momento a más de 230 dirigentes y dirigentas sindicales de todo Chile. Nos encontrábamos justamente debatiendo acerca del contexto político-social del país y cómo la perspectiva de reformas largamente esperadas como la de salud, previsional y la propia reforma tributaria -que otorgaba el marco financiero necesario para las otras-, abrían claras posibilidades de avanzar en la disminución de la desigualdad y el goce de derechos sociales indispensables para una calidad de vida digna.

En el marco del nuevo tensionamiento del sistema de salud por la crisis de las Isapres, el abordaje de la resolución de las listas de espera agravadas por la pandemia COVID-19, y la constante y nunca resuelta brecha de personal que se agrava con el anuncio del término de los contratos de las y los trabajadores a honorarios COVID, vemos que el horizonte de la reforma de salud sin una reforma tributaria se hace difícil. Si bien se han esbozado los primeros avances con la generación de las comunas piloto del plan de universalización de la atención primaria, el grueso de la modificación estructural y el financiamiento requerido para implementarla aun no ven la luz.

Desde Fenpruss hacemos un llamado al mundo parlamentario a poner a las personas por encima de sus pretensiones políticas. Es tiempo de actuar con responsabilidad frente a las necesidades impostergables de la ciudadanía, y eso requiere de un compromiso amplio y transversal por avanzar en el bienestar del país, dejando de lado cualquier cálculo mezquino que provoque el bloqueo al merecido bienestar que todos y todas merecemos.

El pueblo de Chile merece una salud pública digna, universal y gratuita, con personal suficiente y en buenas condiciones laborales. Esto requiere del financiamiento necesario, lo que tiene que ver directamente con un sistema tributario progresivo que llegue al menos a los estándares de la OCDE, aquellos países con los que tanto nos gusta compararnos. No volvamos a perder la oportunidad de avanzar en esa línea.

CONFEDERACIÓN FENPRUSS

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